miércoles, 3 de diciembre de 2014

EL SALUTISMO O LA OBSESIÓN POR LA SALUD, EL CUERPO Y LA ACTIVIDAD FÍSICA (RESUMEN).

La salud hoy en día se está tomando como el valor más importante para las personas, es decir se ha convertido en el primer objetivo de la vida humana.

En la actualidad hay muchas personas que siempre están en constante preocupación por los riesgos que amenazan la salud, esta obsesión los convierte en personas más enfermas y desdichadas. Esta obsesión se manifiesta especialmente en el culto al cuerpo, en cuanto a funcionamiento como a apariencia corporal, por ello las dos representaciones simbólicas que aparecen son: "cuerpo máquina" y el "cuerpo danone".

- La primera representación se manifiesta cuando el deportista gana o supera a sus rivales, es decir un cuerpo sano es un cuerpo que rinde y funciona como una máquina.

- La segunda representación aparece como un eslogan publicitario encaminado hacia cuerpos bellos y sanos. 

Normalmente pretende asociarse la delgadez, la delicadeza y la flexibilidad con el cuerpo de la mujer, mientras que tanto la fortaleza como el mesomorfismo se asocia al cuerpo del hombre.

Así, esta excesiva preocupación por la apariencia está produciendo efectos devastadores relacionados con trastornos alimentarios tan graves como los de la obesidad, la anorexia y la bulimia nerviosa.

Hoy en día niños, niñas y jóvenes deportistas en su afán por seguir los pasos de sus héroes están sujetos a la presión de la competitividad y de los entrenamientos intensos propiciados tanto por sus padres como por sus entrenadores con el fin de alcanzar el mayor rendimiento posible, el éxito deportivo y económico.


Por último, cabe destacar las contradicciones con respecto a la realización de ejercicio puesto que aunque el sedentarismo ha llevado a cabo multitud de problemas de salud modernos, la excesiva realización del mismo tampoco es buena como demuestra la medicina, pues con ello los riesgos no disminuyen sino que aumentan de ello depende la responsabilidad profesional. La clave está en saber cuánto ejercicio es suficiente y quién debe decirlo. "Cuando cualquiera, sea o no sea deportista, pone en peligro su salud en aras de la condición física y/o la victoria, la obsesión ya es evidente" (Boone, 1994).

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